Me gusta todo tipo de arte. Estaba claro lo que quería ser. Entre notas musicales y pintura ha ido pasando mi vida: del papel blanco y los lápices de colores a los pinceles y el óleo pintado sobre tabla. La segunda corazonada fue en la biblioteca de la Universidad, cuando descubrí un manuscrito iluminado. Me enganchó tanto que fue el tema de mi tesis. Y al final, qué mejor que pintar aquello en lo que me había especializado. Se cerraba el círculo, apasionar a los demás con las miniaturas medievales pero con los recursos técnicos actuales.

El planteamiento de mi obra tenía que cumplir dos requisitos: que llegara a todo tipo de personas y que lo hiciera en cualquier lugar del mundo. Por supuesto que hay iglesias, con esculturas adaptadas a la arquitectura y algo de pintura mural, pero es necesario desplazarse a los lugares donde se ubican. La miniatura es más abundante y rica aunque de difícil acceso por motivo de su conservación. Así que era la oportunidad ideal para crear un proyecto expositivo que tuviera la posibilidad de recorrer los caminos en busca de los amantes de este estilo artístico.

 

Dentro de la gran variedad de códices “me escogió” un tipo de manuscrito iluminado llamado Beato, denominado de esta manera porque lo escribió un monje anónimo en el siglo VIII, en la comarca de Liébana. Las imágenes, creadas con posterioridad, representan el Apocalipsis de san Juan, texto del que el presbítero hizo sus comentarios.

Y comencé con los primeros bocetos, preparación de las tablas, técnica del oro, y… muchas horas de trabajo que se convirtieron en años.

La exposición tiene como título NUNCUPATIO. Esta voz latina se pronunciaba como una fórmula oral en actos solemnes y aparece en la dedicatoria que Beato hace de su obra a Eterio. Con el mismo motivo la empleo para rendir homenaje a los artistas medievales, tanto monjes como monjas que fueron los artífices de la conservación y difusión de la cultura occidental.

 

El subtítulo, Revelación de la esperanza, tiene que ver con el contenido de las miniaturas que ilustran. Al igual que Beato, trato de resaltar el hecho de que el último libro de la Biblia es un libro de esperanza pues se fundamenta sobre quién es el centro del Apocalipsis y de la Historia, Jesús el Mesías quien presenta un mensaje que da las claves sobre el enigma del sufrimiento del hombre y su victoria sobre el mismo.

Esta obra pictórica está compuesta por 50 cuadros de diversos tamaños. Por las necesidades técnicas del empleo de metales preciosos se realiza sobre tabla. Utilizo pintura al óleo porque proporciona mayor riqueza de matices y brillo. De igual forma están tratados los marcos, que no existían como tal en la Edad Media pues, en aquella época, la pintura se hacía sobre maderas que se rebajaban en la parte central.

Hace tiempo que a mi equipaje de mano hay que sumarle 50 maletas más… y no puedo ser más feliz.