
Los cuadros que veis no existirían si no hubieran llegado a nosotros a través de los libros. Es uno de los objetos que considero más valiosos para la cultura, porque contiene conocimiento y en muchas ocasiones arte. Lo que ahora apenas se valora era una posesión para una reducida minoría. En la Edad Media sólo estaba al alcance de los poderosos, por lo costoso de sus materiales, y de los centros religiosos por ser el lugar donde se elaboraban. La realización de un manuscrito era un trabajo llevado a cabo por un equipo bajo la dirección del jefe de obra. El proceso requería una ordenada programación y la pericia de curtidores, calígrafos y miniaturistas, entre otros. El desarrollo del libro a lo largo de los siglos ha variado, no tanto en su función como en su forma. Han convivido el texto y la imagen en sus múltiples variantes alternando su protagonismo.
Muchos se imaginaban la pintura románica como tenebrosa, apagada y primitiva pero eso nada tiene que ver con la realidad y menos con la miniatura. Como artista quería mostrar su belleza, expresividad y simbolismo, con un enfoque más contemporáneo, y capturar todo su color, potencia y vitalidad en gran formato. Y este es el resultado.
NUNCUPATIO
Revelación de la esperanza

Esta tiene como título NUNCUPATIO, es decir, dedicatoria a los monjes y monjas cuya visibilidad es menor en la historia, y que durante siglos fueron recopiladores y transmisores de la cultura. La Edad Media se caracterizó por ser una época convulsa en todos sus ámbitos, pero no careció de periodos de progreso y resurgimiento cultural que fueron claves para la elaboración de los códices. En los primeros siglos fueron creados por los monjes en los scriptoria y posteriormente, con la proliferación de las universidades, su ejecución pasaría a manos de los profesionales laicos. Entre las muchas obras que elaboraron se encuentran los «Beatos de Liébana» un tipo de manuscrito que toma su nombre de un monje anónimo que redactó unos comentarios sobre el libro de Apocalipsis de Juan.
Pocos detalles se saben de su biografía, tan solo que vivió a mediados de siglo VIII y principios del IX en la comarca de los Picos de Europa.
Apocalipsis es la Revelación divina para la humanidad que vive en el tiempo final. No es fatalidad ni desastre sino la gran esperanza para el mundo. Así lo entiende Beato, porque intenta poner en valor es sus Comentarios a Jesús el Mesías, el personaje central del libro y de la historia.
La finalidad de su obra era hacer accesible y comprensible el contenido del Apocalipsis y su objetivo principal tuvo siempre un carácter marcadamente didáctico y educativo.
Os invito a disfrutar de esta obra compuesta por 50 cuadros a través de cuatro miradas: histórica, pictórica, simbólica y trascendente. Espero de todo corazón que la disfrutéis tanto como lo he hecho yo mientras la pintaba.
